Cuando no tengo ganas de escribir

Cuando no tengo ganas de escribir,
simplemente me amarro el corazon
para asfixiarlo lentamente,
lo aturdo, lo alento,
lo vuelvo somnoliento,
vano intento para impedir
que siga expulsando letras
a cada bombeo.
Cuando no tengo ganas de escribir
mejor tengo sexo,
y lo hago salvaje para cansarme,
fallida salida,
porque no hago mas que rimar
mi espalda con sus manos,
mi boca con su piel,
mi alma con su placer.
Cuando no tengo ganas de escribir
me embriago
buscando la inconciencia,
vaya demencia,
el alcohol es combustible
que hace volar las ideas,
algunas se estrellan
pero otras, otras planean
y se vuelves caminos de luz.
Cuando no tengo ganas de escribir
procuro despertarme
del sueño que se llama vida,
vano intento,
este manicomio no cuenta con salidas.

La cancion del Samurai

Mientras el Honor exista podremos creer que existe la esperanza, soy un guerrero que antes de iniciar la batalla cierro los ojos y voy a mi lugar de paz, ahi donde estan tus labios, tu sonrisa, tus ojos, tu corazon. Recuerdo con deleita como corro en tus caderas disfrutando del paisaje de tu piel, la ternura que habita en tus manos me recuerdan el motivo de mi lucha, no temo morir, el paraiso existe, anoche he estado ahi. Es entonces cuando abro los ojos, aprieta los dientes y empuño la espada, nadie puede conmigo, no tengo miedo a morir, he nacido para conquistar reinos y castillos, he nacido para rendirlos para ti.
Mientras el Honor exista seguiremos creyendo en él, seguiremos llevando esta armadura, esta espada y nos brindaremos hasta el ultimo aliento como guerreros que somos, sabiendo que el premio al sacrificio es el paraiso que me hiciste conocer ayer.

Mi Fidelidad

Toda mi fidelidad se resume en el humo que agota mi cigarrillo, otra vez te volvi a engañar, sus caderas eran los remos de mi balsa y juntos nos acabamos el mar. Esta noche es navidad para mi arbol y las luces no dejan de brillar, en mi piel existe el olor con su rastro, en su vientre una posibilidad. Toda mi fidelidad se va por el caño, cuando me ducho pensando en el reloj, que se joda la vida que exige tanto, que se joda cupido con su amor, y entonces veo el arete que se le ha caido, y recuerdo su cuerpo con temblor, que deliciosa es la musica de los gemidos, que deleite sus gestos, sus gustos, su sabor. Toda mi fidelidad se resume en este estribillo que me invente para no pensar, para esconderme de los cotidiano en las letras y no dejar de recordar como era su cabello, como era su cuerpo, como se hace verbo la palabra placer. Como se inventa un nudo en el que caben hombre y mujer.
Toda mi fidelidad se resume en este beso que te doy, bienvenido a casa una vez mas, te sonrio y te entrego con fingido enfado un arete y te digo, Lo olvidaste en la ducha otra vez.