El ruido de la ducha invade la habitación, el olor de su perfume aun flota en el ambiente, lo aspiro, lo disfruto, lo tatuo en cada poro de mi piel, porque no es mi olfato el que te huele, es mi piel la que atrapa ese aroma tan tuyo que se mezcla con tu perfume.
Sales en bata y sonries, tu cabello mejado es el mejor peinado que se me pudiera ocurrir, hueles distinta, hueles a ríos antiguo, hueles a tierra mojada, hueles a recuerdos que dan nostalgia.
Te acercas y me das un beso, mientras permanezco desnudo sentado en la cama, observando tu cuerpo recogiendo la ropa que en nuestra desesperación permanece regada, me encanta como se abre de vez en vez esa bata y deja suelto algo de ti, a veces lo mismo, a veces un poco mas.
Miras el reloj y pones cara de aflicción, se te ha hecho tarde, seguro piensas que tu esposo debe estar por llegar a casa, te preocupa que no has hecho la cena, te preocupa que no te encuentre, te olvidas por un momento del placer de hace rato y tu cuerpo empieza a acelerarse, buscar la peineta y te diriges al baño nuevamente, adivino tus intenciones, tu prisa me excita aun mas.
De un salto me incorporo, te tomo de la cintura, sin que puedas oponer resistencia te rodeo la cintura, te atraigo hacia mi y te beso, murmuras un “Es tarde”, finjo no escucharlo, ya no soy yo, yo me he ido hace tiempo, ha quedado simplemente el instinto que te despoja de la bata y con ansiedad te recorre con las manos, se alimenta de ti con la lengua, extraña forma de absorver tu alma o al menos morir en el intento.
Se que es tarde cuando te despojo de la bata, se que es tarde cuando te recorro nuevamente con mis labios fijando en un solo punto mi atención, te disfruto, te hago rozar el cielo mientras mis ojos te miran hacia arriba levitar, convulsionarte.
Se que es tarde y eso me excita, se que es tarde y te penetro con esa falta de delicadeza que nos da la desesperación de las hormonas, no, no soy yo, yo me he ido hace tiempo, es el instinto que ha aumentado mis proporciones, no me reconozco, ni quiero hacerlo, simplemente necesito esa sensación de tibieza que me proporcionas, ah que calidez se siente de ti para mi.
Se que es tarde y no tengo compasión, tus gritos me subliman, me hacen inventar nuevos términos a la palabra placer, no me basta la palabra placer, no me alcanza para describir tus gritos, tus gemidos.
Se que es tarde, pero no me detengo, siento tus convulciones una y otra vez contra mi cuerpo, veo como tus pupilas se dilatan, como abres los ojos y en un acto reflejo los haces hacia atrás, mmmm, que deliciosa calidez al penetrarte, siento fuego en ti.
Se que es tarde cuando me abrazas aun temblando, disfruto como puedo aun besarte con ternura después de que los dos alcanzamos el punto máximo, el punto donde siempre deseamos retornar.
Miras el reloj y te paras de prisa, te metes a la ducha corriendo, tu marido pienso, adivino tu angustia, levanto tu ropa y la coloco ordenada sobre la cama, sonrio al verte salir semipeinada y presurosa rumbo a tu ropa, prenda a prenda te vas vistiendo, yo me meto a la ducha, no te escuchare salir rápido de la habitación, mientras pienso en Sabines, lo entiendo, te desnudas y te vistes igual que si yo fuera otro, ojala no despiertes a los niños cuando llegues, no quisiera arruinar la sorpresa del nuevo avion de juguete que le he comprado a Luis.
Sueño
Hace 1 día
QUE LIN-DO!!!! el final se fue de lo clásico... de lo que uno esperaria en èste tipo de cuentos. Otra cosa que me gusta de tu estilo es el repetir la primer frase.
ResponderEliminarMagistral! ese es un verdadero amante!
ResponderEliminarGracias Lola, me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarLuuuuzzzzzz, ratisimo sin que comentaras algo mio, pense que estabas enojada conmigo, he dado seguimiento a tu blog, mucho de mi poema egocentrismo es inspirado en uno de tus articulos, haciendo la autoevaluacion, gracias por tus palabras.