sábado, 25 de diciembre de 2010

La rutina del 25 de diciembre

La rutina de un 25 de diciembre era despertarme temprano y correr al arbol en aquella pequeña casa rentada de mis padres, siempre habia un regalo para mi uno para cada uno de mis hermanos, rara vez era lo que pediamos y esta peticion siempre influenciada por el comercial de moda de la tv resultaba ostensiblemente caro para la economia de la familia. Pero eso no importaba, el regalo era una bolsa de muñecos con forma de soldaditos, una bolsa de canicas que con algo de imaginacion podrian volverse autos corredores de carreras y en el peor de los casos ser simplemente canicas, codiciado objeto de competencia para retar la punteria de cualquier incauto lo suficientemente valiente como para retarme, de lo poco bueno que me a dado Papá Dios es de una punteria de apache, quizas derivado de la rama paterna, mi abuela cuenta entre sus ascendientes a apaches.

La rutina de un 25 de diciembre era saber que cuando abriera los ojos algo estaria para mi, ahi en ese arbol de navidad artificial, aunque lo que comprendo actualmente es que el regalo lo tenia ya implicito, el haber nacido en esta familia que poseo, que nos inculcó los valores que nos hacen humanos, imperfectamente humanos, pero dueños de un pasado que es nuestro mayor patrimonio.

La rutina de un 25 de diciembre era no bañarse, comer con nuestros padres, todos sentados a la mesa, cuando extraño ser molestado por mi hermano para luego reir con él, cuando extraño la sonrisa de mi hermana, el rostro pleno y contento de mi padre y la risa de mi madre cuando nos servia la comida, hoy 25 de diciembre, cuanto los extraño, si, lloro mientras escribo esto, quizas porque el dia es frio, quizas porque estoy nostalgico, quizas porque los amo y se que la rutina de un 25 de diciembre es extrarñarlos, jugar con los recuerdos y saber que hemos hecho una historia maravillosa, maravillosa, pero bueno, ¿Ahora quien me reta con las canicas?, ¿De cuanto es la apuesta?, yo se la acepto.

2 comentarios:

  1. Manten los buenos recuerdos, esa sí es una bonita forma de extrañar... porque es algo que realmente pasó.

    Saludos,

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  2. Bueno... tu ya sabes cual fue mi rutina de 25 de diciembre... dormir :)
    Aunque lo hice mas por no recordar, por eso dormí el día entero.
    Un saludo :)

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